
Introducción
La metalurgia de polvos o pulvimetalurgia, es un proceso de fabricación que, partiendo de polvos finos y tras su compactación previa para darles una forma determinada [compactado], se calientan en atmósfera controlada [sinterizado] para la obtención de una pieza.
El proceso es adecuado para la fabricar grandes series de piezas pequeñas de alta precisión, para materiales o mezclas poco comunes y para controlar el grado de porosidad o permeabilidad de la pieza misma.
En antiguos tiempos se han usado polvos de metales como oro y cobre, así como algunos óxidos metálicos con motivos decorativos. Se usaban en piezas de cerámica, como base de pinturas y cosméticos. Se cree que los egipcios usaban pulvimetalurgia para hacer herramientas desde fechas tan antiguas como 3000 años a. C.
El campo moderno de la metalurgia de polvos data del siglo XIX, cuando se despierta un gran interés por el platino. Alrededor de 1815, el inglés William Wollaston desarrolló una técnica para preparar polvos de platino, compactarlos a alta presión y cocerlos [sinterizarlos] al rojo vivo. El proceso de Wollaston marca el principio de la pulvimetalurgia tal como se practica en la actualidad.
Hacia los primeros años del siglo XX, las lámparas incandescentes se habían convertido en un producto comercial importante. Tras probar una serie de materiales para los filamentos, se concluyó que el tungsteno era el mejor para éstos. El problema era la dificultad de procesarlo debido a su alto punto de fusión y a sus propiedades únicas. El americano William Coolidge desarrolló un procedimiento que hizo posible la producción de filamentos para lámparas incandescentes. En éste se usaba polvo fino de óxido de tungsteno [WO 3 ] que se reducía a polvo metálico, se prensaba en piezas compactas, se presintetizaba, se forjaba en caliente en barras redondas, se sinterizaban y finalmente se estiraban para formar alambre para filamentos. El proceso Coolidge se sigue utilizando hoy para estos mismos fines.
Hay otros ejemplos que podemos mencionar de pulvimetalurgia. Por los años 20 se fabricaron herramientas de carburo cementado [WC-Co] mediante técnicas de metalurgia de polvos. A partir del 1930 se produjeron rodamientos autolubricantes. Entre 1960 y 1970 se produjeron en masa, particularmente en la industria automotriz, engranes y otros componentes. Y en la década de los 80 se desarrollaron partes de metalurgia de polvos para motores de turbina para aviones.